Ubicado sobre el Anillo Periférico, una de las vialidades más transitadas e importantes de la ciudad de México, este proyecto de uso mixto se enfrentó a la dificultad de cumplir con un conjunto de estrictos lineamientos normativos sin sacrificar su ambicioso programa arquitectónico. La estructura completa del edificio abarca seis niveles, cuatro de los cuales están destinados a oficinas y usos comerciales mientras que los dos restantes albergan el área de estacionamiento. Sin embargo, debido a las restricciones de altura de la zona, fue necesario proyectar la mitad del edificio hacia el subsuelo, por debajo del nivel de la calle.
Los dos niveles inferiores de la porción subterránea del edificio estaban destinados a albergar los estacionamientos y no requerían cuidados especiales en términos de iluminación y ventilación. Sin embargo, el espacio ubicado inmediatamente debajo del nivel de calle debía alojar distintas áreas operativas y requirió de una solución arquitectónica especial. Para ello, el paño interior de la estructura se arremetió respecto de los linderos de la excavación, con lo cual se generó un espacio de amortiguamiento que ayuda a iluminar y ventilar el espacio de forma natural. En el arremetimiento frontal, se instaló además una gran caída de agua que ofrece una vista agradable y minimiza los efectos negativos de las condiciones del desplante.
