Este proyecto residencial en altura, ubicado al sur de la ciudad de México, está conformado por un total de 32 apartamentos de entre 90 y 120 metros cuadrados. El esquema funcional y programático de la torre está definido por una planta cuadrada dividida en cuatro apartamentos distribuidos alrededor de un patio central que alberga un área colectiva de esparcimiento en la planta baja y forma un gran vacío vertical a través del cual se iluminan y ventilan las unidades.
A partir de un sutil giro del trazo geométrico de la planta del edificio respecto de su posición de desplante, se generó una serie de extrusiones que transforman la fachada del edificio en una dinámica y audaz secuencia de relieves. Estos gestos establecen uno intenso diálogo con la geometría racional del proyecto, incrementan el espacio útil de los apartamentos y maximizan la superficie rentable al interior del edificio.
En términos constructivos, el complejo juego volumétrico se resolvió a partir de un minucioso trabajo de despiece de los elementos de concreto, material predominante del proyecto. El contraste entre la simplicidad monolítica de la tectónica del concreto, la ligereza y transparencia del vidrio y la complejidad volumétrica de los distintos componentes formales definen el singular lenguaje que caracteriza a la Torre Cuadro.
