El reto proyectual más importante detrás de esta planta productiva para la empresa Eximpro consistió en redefinir el lenguaje formal de una fábrica sin perder los elementos estéticos característicos y definitorios de la arquitectura industrial. Con esta idea en mente, se respetaron los requerimientos espaciales, funcionales y materiales necesarios para la adecuada operatividad de la planta en términos de eficiencia, mantenimiento y productividad, pero al mismo tiempo, se incorporaron distintos elementos formales que transformaron el carácter genérico de la arquitectura industrial y convirtieron las instalaciones de la empresa en una experiencia arquitectónica cautivadora.
Otro desafío importante consistió en encontrar la forma de responder favorablemente a las exigencias de tiempo y costo implícitas en el proceso de construcción, sin afectar el potencial arquitectónico de las instalaciones. Por este motivo, se decidió incorporar una serie de elementos prefabricados cuidadosamente diseñados y ensamblados entre sí.
Volumétricamente, la planta está compuesta por dos elementos dominantes: por una parte, el área productiva, techada por una gran cubierta de lámina abovedada y equipada con grandes entradas de iluminación natural, y por otra, el núcleo de oficinas, una pieza independiente que penetra en la nave y cuya particular ubicación y configuración ofrece a los directivos de la empresa una visión panóptica del área productiva en su totalidad.